Día 18 de junio de 2020. Gracias por todo.

Recordar es fácil para quien tiene memoria, olvidar es difícil para quien tiene corazón.

Con vosotros, mis chicas y chicos de Arcas, terminando el confinamiento por la pandemia del COVID 19, cierro una etapa muy importante de mi vida. Acabo cuarenta años como maestra, la profesión más bonita del mundo. Ha sido mi pasión y os lo quiero agradecer.

Os digo gracias y adiós, aunque no es ésta la despedida que me hubiera gustado, pero las circunstancias mandan. Me quedo con las preciosas huellas de cariño y gratitud que  dejáis indelebles en mi corazón.

Gracias a la tecnología, conservo para el recuerdo un buen puñado de imágenes de los años que he pasado aquí. Comparto solo algunas con vosotros y no me olvido de mis alumnos anteriores de tantas escuelas que recorrí y de los cuales, lamentablemente, no guardo testimonio gráfico. En todo caso, con imágenes o sin ellas, siento el privilegio de haber atesorado millones de vuestras sonrisas, de vuestros mimos y abrazos, ocurrencias ingeniosas y simpáticas picardías de vosotros, mis alumnos, que sois la chispa de mi travesía por la escuela.

Yo termino aquí, pero vosotros continuáis vuestra formación, vuestra curiosidad inteligente, vuestros descubrimientos casuales o inducidos... y estoy segura de que encontraréis el éxito personal, para lo que espero que os sirvan algunas de las cosas que hemos aprendido juntos.

También conservo en mi memoria afectiva a todos los maestros y maestras que han compartido conmigo una parte de este intenso y feliz camino; os mando un grandísimo abrazo y os deseo  de corazón que la enseñanza os dé tanta plenitud como me ha dado a mí.

Si os apetece, pinchad en la foto para ver esta sencilla presentación audiovisual y sentid conmigo el cariño emocionado que os dedico. 

Gracias y hasta siempre. Sed felices

Arcas, 18 de junio de 2020